Fernando García “Parece que el Gobierno Municipal incumple las normas aprobadas por el Pleno”

La Ordenanza de Espacio Público regula en Bilbao el ejercicio de la venta ambulante, descrita en su artículo 53 como “la actividad comercial realizada por vendedores habituales u ocasionales, fuera de un establecimiento comercial, en puestos e instalaciones desmontables o sin ellas, en la vía pública o en los espacios libres o abiertos de la ciudad.” En el siguiente párrafo especifica que este tipo de actividad comercial se ejercerá en el marco de mercadillos o mercados y otras formas “previa obtención, en todo caso, de la preceptiva autorización municipal, sin la que no podrá realizarse práctica de venta alguna”.

Para Fernando García, portavoz de Cs Bilbao, pese a la claridad de la norma y a que ésta castiga como falta muy grave el ejercicio de la actividad de venta ambulante sin contar con la preceptiva licencia municipal, los bilbaínos ven todos los días en el centro de la villa decenas de vendedores ocupando gran parte del espacio destinado a los peatones con sus productos, probablemente en buena medida falsificados y en todo caso en abierta competencia desleal con el resto de comercios, que han de afrontar onerosos gastos y pago de impuestos no menos gravosos.

Resulta chocante que este tipo de actividad, contrario no solo a las normas, sino a la forma tradicional de nuestro comercio, se lleva a cabo en los lugares más céntricos de la ciudad, donde los precios de alquiler de los locales comerciales son carísimos, sin que ninguna de nuestras policías haga el más leve intento por evitar tan notoria ilegalidad.

Llegan las fiestas y veremos como la ocupación de la vía pública por los vendedores llega al paroxismo especialmente en el Casco Viejo, donde cualquier día puede haber una desgracia, porque a la estrechez del espacio que les queda a los peatones, se une la masiva afluencia de éstos en las calles.

El gobierno municipal debe recordar que las normas jurídicas le obligan a actuar y que la venta ambulante ilegal es una afrenta al comercio legal, una molestia e incluso un peligro para los viandantes y que por lo tanto deben ponerse los medios para erradicarla de nuestras calles.